Para poder escribir este artículo había que tener el ambiente adecuado, una sombrilla, su longboard para surfear y música de fondo, de preferencia a los Beach Boys o a los padres del Surf Rock: The Ventures. Lastimosamente no se puede inundar la oficina con arena de playa ni andar en bermudas y mucho menos sin polo; es por eso que sólo pude ahogar a mis compañeros con toda la música surf que puedo tener en mi background. La palabra shaper, de origen inglés, significa forma. Por lo tanto el “shaper” es la persona que le da la forma a la tabla de surf, es el encargado de fabricarla en pocas palabras. Los shapers a nivel internacional tienen su origen casi a la par con las primeras tablas de surfear. Los años 60s en el Perú fue una década de muchos cambios, entre ellos tuvieron lugar una junta militar, el primer gobierno de Fernando Belaunde Terry, el intento de la primera reforma agraria y por supuesto la creación del aeropuerto Jorge Chávez.

Wayo posando con una de sus tablas
A pesar de toda esta información que está registrada en libros y documentos, existe un hecho del cual no hay muchos registros para poder saber con exactitud su origen y ese hecho histórico es el origen de los shapers en el país. Es por tal falta de fuentes escritas que nos tuvimos que ver en la obligación de buscar al que tal vez es el shaper más antiguo aún en actividad: Eduardo “Wayo” Whilar. Además no hay nada mejor que una fuente oral para corroborar la información que tenemos. Conocido internacionalmente como Wayo, su sobrenombre desde la infancia y a la vez la marca de sus tablas de surf. Se dice que de pequeño no podía pronunciar bien su nombre Eduardo y entre balbuceos decía “EWAYO”. Quién diría que esos balbuceos, más adelante sería uno de los nombres más reconocidos y respetados entre los shapers y tablistas.

“En aquellos años los shapers de la primera generación aprendimos viendo y compartiendo conocimientos, a veces venían shapers de otros países y también aprendíamos de ellos. Sin embargo, la idea es que el shaper debe hacer lo que él considera que se debe de hacer; si yo voy a copiar lo de otros, no soy un shaper, soy un copiador. Ahora hay nuevos fabricantes de tablas pero no son shaper solo son fabricantes de tablas”. Existe un texto que data de los años 60s, escrito por Frederik Wardy, reconocido shaper de California, dicho texto fue traducido años después por nuestro querido Wayo. Resumiéndolo, la esencia pura es que el surfing es lo más puro y bello que puede existir, es despertar cada mañana y salir corriendo hacia el mar y al término del día compartir con tus demás amigos las experiencias vividas. El surfing es eso y mucho más; es un sentimiento que sólo lo puede experimentar alguien que practica este deporte y deberíamos de aprovechar ya que tenemos las mejores olas y playas de Sudamérica.

Wayo en plena faena
Wayo es arquitecto de profesión y shaper por pasión, al menos de eso me pude dar cuenta durante nuestra conversación, cada frase y comentario que nos daba acerca del “arte” del shaper están cargadas de sentimiento y amor a lo que hace, de entrada te das cuenta que estas frente a alguien que está en esto no por el dinero sino por la satisfacción que obtiene al cortar, lijar y dar los últimos acabados a sus tablas. “Las medidas de las tablas son las que un arquitecto siempre visualiza eso me ayuda para los diseños. Pero ahora ya no sé cuál es mi profesión”. Y para que se den una idea de cuan relevante son los trabajos de Wayo Whilar, nos basta con ver la larga lista de surfistas que usan sus tablas: Sofia Mulanovich, Analí Gómez, Javier Swayne, Piccolo Clemente, Magoo de la rosa, etc, etc, etc. “Siempre las hacemos manualmente, también usamos la computadora. La computadora no te hace la tabla al 100% siempre uno debe de dar los últimos toques. Hay otras fábricas de tablas que hacen más tablas que nosotros; mis tablas son únicas, no hay 2 iguales es un trabajo bien personalizado”. Además de tener a un gran shaper como Wayo y su hijo Wayito, el cual ya esta siguiendo los pasos de su padre, puesto que tiene su propia marca y sigue con la tradición de su padre al emplear las mismas técnicas, debemos sentirnos orgullos de que el Perú según datos históricos está considerado como el primer país de Sudamérica en “shapear” tablas, después nos siguen Brasil y Argentina. Esto sumado a los descubrimientos arqueológicos que demuestran que en nuestro país nuestros antepasados surcaron las olas de nuestra costa. Y por si fuera poco PromPerú le ha otorgado la marca Perú a la marca Wayo Whilar y ahora aparece impregnada en sus tablas, un motivo más por el que Wayo puede sentirse tranquilo y satisfecho por todo el esfuerzo y empeño que le puso a cada tabla desde el año 69. “Esto es mi vida, es todo lo que hago, yo creo que me dieron un don no sé de quién, tengo bastante fe, cada tabla que hago le dedico todo lo que tengo no la hago por hacer”. Ya teníamos la información fidedigna e histórica de los shapers peor queríamos saber s i es que existía un secreto para ser shaper y pues nos dimos con la sorpresa de que tal secreto no existe, simplemente hay que tener amor por el surf y el mar, además de una buena relación entre el tablista y el shaper, puesto que se hace una tabla para el shaper sino para otra persona. Wayo Whilar no es un fabricante de tablas, es un shaper de corazón y es por tal motivo que su marca también apoya el deporte no sólo desde una vitrina sino que auspicia campeonatos y a jóvenes surfistas con talento. Cuando le preguntamos qué opinaba dela nueva generación de shapers, en la cual está incluido su hijo nos mencionó dos puntos de vista: “Los nuevos shapers tienen que trabajar duro y no confiarse en la computadora, tienen que tener mano para darle forma a la tabla. La tecnología influye hasta donde uno quiere que influya, yo escucho a shapers que dicen me salió una tabla buenaza como si fuera suerte, no puedes decir me salió, sino la hice, hay que hacerla como uno quiere y no dejarlo a la suerte”. Pero si es que existe un secreto, o al menos creemos que lo hay es que todo shaper debe de ser surfista o haber surfeado puesto que si nunca lo ha hecho con qué criterio puede hacer una buena tabla, eso es lo que sucede ahora nos dice Wayo y se molesta un poco al recordarlo ya que siente que los nuevos fabricantes están engañando un poco a los tablistas. Y así es como dejamos la casa de Wayo Whilar, el hombre que ama el mar tanto como su vida; o como el personaje principal del libro En Octubre no hay milagros de Oswaldo Reynoso: mar, mar, mar, mar, mar: AMAR.

Su hijo continúa con sus enseñanzas.
